¡Qué se haga la luz!

Hay un sinfín de formas en las que se puede iluminar un espacio, pero muchas de ellas no son las adecuadas para cada espacio, dando lugar a poca concentración.

Sin embargo, para dar una imagen saludable siempre debe de estar presente la luz natural del día, sin importar que vivas en el lugar más pequeño del mundo, con una buena iluminación podrá parecer el doble.

Para lograr la iluminación adecuada en cada espacio de tu vivienda deberás elegir una luz general que tenga la intensidad adecuada, evitando lámparas que emitan luz en exceso o en espacios que reciban luz directa. Opta por lámparas de tamaño pequeño ya que evita la proyección de ambientes planos y dan calidez a espacios como la sala.

Es recomendable que las luces se encuentren empotradas en el techo o paredes para que no sobresalgan y entorpezcan la propia intensidad de luz, intenta enfocar la luz de las lámparas a el techo esto, para creará sombras que disimularán el tamaño de la habitación.

Por ningún motivo compres lámparas de pie ya que además de quitar espacio, darán una imagen retro a tu decoración, utiliza modelos que se puedan empotrar a la pared.

Para dar un toque único, delimita los espacios con una luz perimetral con ayuda de lámparas de mesa o focos empotrados orientables. Es importante no crear más de tres zonas en un mismo ambiente.

Dirige puntos de luz en zonas concretas para dar sensación de movimiento y agrandar los espacios, se recomienda que estos sean dirigidos a libreros o cuadros sobre la pared. Recuerda que los excesos no son buenos, el iluminar de pies a cabeza los libreros quitará espacio a la habitación. Los espejos suelen ser grandes aliados al iluminar espacios pequeños ya que de igual forma que lo anterior, amplían espacios.

Reiteradamente, se recomienda no sustituir la luz natural del sol ya que esta misma ayuda a desarrollar los procesos biológicos del cuerpo.